Salíste, saltaste, vibraste, bebiste.
Te agobiaste, sufriste, pensaste, te cansaste, te rallaste y te medio-dormiste.
Sudaste, bailaste, tonteaste, conociste.
Besaste, lamiste, tocaste y te corriste.
Disfrutaste. Como suele suceder en esas ocasiones. Y como dice la canción de The Verve (grandes, muy grandes, en directo): una sinfonía agridulce.
Lo de ayer y lo de siempre, vamos.
1 comentario:
todas las veces parecen lo mismo de siempre, hasta que aparece una que se hace diferente...
mucha suerte y ánimo, que no sé por qué me da que los ánimos no están muy altos que digamos...
un beso
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