24.6.09

imagínate

Sabor a redbull y a darle la vuelta a las cosas, y no es tan tarde como parece y las horas han pasado gritando y quejándose, diciendo idioteces sobre promesas y profecías y abrazos y carantoñas, y parecido a como diría la canción el día amanece (que no es poco) y yo no estoy tan solo, sino que me encuentro rodeado de parábolas y rectas tangentes, que delimitan espacios que creía olvidados pero que ahí están, esperando que alguien que no esté hueco o ciego los descubra, y las golondrinas hacen todo el ruido que pueden de pura envidia de no estar en mi piel.

Y saboreo los últimos instantes de este día que acaba y empieza, dependiendo del lado desde el cual nos asomemos, porque todo es relativo, algo que siendo chico siempre me hizo gracia que me dijeran, y me acuesto en mi cama a tejer el tapiz de los sueños lilas, que es uno de esos colores rebeldes que no querían ser ellos mismos, y cuando duermo sueño que follo con cumulonimbos que jamás se interpretarán como tormentas.

Trata de visualizar esto: ganar un tres en raya cuando saliste a jugar al trivial.

19.6.09

vacaciones que huyen

Como un tiovivo que comienza a parar en el momento en el que mejor te lo estabas pasando. Como cuando se encienden las luces y se acaba ese hechizo, y las caras tienen color y tú eres todo sudor y promesas rotas de no volverlo a hacer. Como cuando te despiertas y miras a tu lado y vuelves a ver a quien no tienes que ver. Como cuando abrías ese regalo que parecía un juego y acababa siendo aquél horrible jersey negro que no querías, porque tenías diez años y a aquella edad la escala de valores era otra. Como cuando subías aquella montaña, pelándote las rodillas y los codos, y te dabas cuenta que no había nada más que trepar y el camino cuesta abajo se te hacía cuesta arriba.

Y parecía difícil lo de gritar para adentro...