29.11.09

flashback

"Esto ya lo he vivido", grita en silencio. Y un cosquilleo le sube la espalda, siguiendo el compás de la música que escucha. Las manos le tiemblan un poco, los dedos esquivos, entumecidos, puede que debido a la falta de circulación de una sangre que funciona en estos momentos al ralentí, casi como el viejo coche heredado de segunda mano que nunca tuviste el valor de vender.

"Esto ya lo he vivido", y se nota dormido, cansado, ríos de adrenalina que salen de su cuerpo por los poros y que al contacto con el aire se evaporan: los nervios convertidos en vaho, las fuerzas convertidas en aire.

"Esto ya lo he vivido", se lamenta, y los huesos y la carne y la sangre y lo más profundo de su alma de idiota le recuerdan que él cree en destinos, pero que a la vez cree en ramificaciones. Extraña dualidad, en la que todo está escrito porque lo vamos escribiendo cuando elegimos. Y que algunas veces tiene elección, cuando en otras simplemente se deja llevar por la corriente que todo arrastra (corriente que, por otro lado, se lleva tanto los tatuajes hechos de recuerdos buenos como los souvenirs hechos de tragedias y nudos en el cuello).

"Esto ya lo he vivido". Y vuelve a encender la estufa para calentarse y darse ánimos.

(Canta, Jónsi, canta..)

11.9.09

escribir y buscar letras que no están ahí (aunque en realidad sí)

La llamada silenciosa resuena en los rincones de mi mente. Me dice que es la hora de romper en pedazos la piñata de las ideas en esta gran fiesta para sordos y ciegos.

Acaricio de nuevo las lisas superficies de la inspiración, confuso, lento, tanteando cada palabra y cada paso desde esta nueva perspectiva que no está guiada por la tristeza. Un pie detrás del otro, despacio, como el niño que acaba de empezar a andar pero es suficientemente cauto como para no intentar correr, sorprendido ante esta nueva habilidad que creía imposible. Pasito a pasito, fluyendo, encontrando de nuevo las palabras guiado por la banda sonora de los paisajes nevados islandeses. Y es entonces cuando soy yo.

- Háblame de esa letra.
- Es esquiva, tímida, silenciosa y espantadiza - me contestas. Enciendes un cigarro pausadamente, diría que con total premeditación, teatral, exagerada y descarada. Me miras.
- Haz el favor de ayudarme un poco - replico enfadado -. Ni te va ni te viene, ni pierdes ni ganas, así que te lo pido una vez más: ayúdame a encontrarla.

Me observas, muy seria, tu mirada un hierro al rojo vivo en el fondo del nervio óptico. Me remuevo inquieto en tu sillón. De repente soy consciente de cada arruga en él, de cada pliegue de la piel vieja. Casi puedo notar los muelles sumándose a la incomodidad de tus pequeños ojos fijos.

- Dame una razón - me dices, casi como desafiándome. Noto como tu barbilla se eleva en ese gesto universal de desdén, y me doy cuenta de cómo intentas golpearme con el martillo de la venganza en cómodos plazos.
- Hazlo por mi. Hazlo por ti. Hazlo por todas las historias que algún día te conté, por todas las que te importaron y todas las que atesoras como buenos recuerdos. Hazlo por el Sol y la lluvia y las estrellas. Hazlo por los corazones que laten y los nervios que no se sienten sino que se empuñan -. Hago una pausa para respirar. Las palabras salen a borbotones de mi garganta seca. Daría lo que fuera por un trago de agua, whisky o lejía. Mierda.

Ríes. Tu carcajada suena profunda en esta pequeña habitación.

- Has andado con ella por los últimos cinco minutos - me dices. Acto seguido te levantas y sales afuera, dejándome tan vació como la letra que a ratos me ocultas.

23.8.09

de mañanas y sonrisas.

Oh, no me jodas. Vuelves a hacerlo. A sonreir de gratis, a mirar la pantalla con ese medio-gesto de complicidad contigo mismo. Y todo encaja y cantas ese "la.. la la la.." de los domingos por la mañana. Y notas las cosquillas en la espalda, las cosquilla del todo va bien.

Y ves como se hace de día, la luz rozando esquinas y paredes, tornando los colores zafios en colores definidos, convirtiendo en valientes a los cristales tintados.

Todo al revés, sin ser yo, pero siéndolo del todo. Y como nana del día de hoy, Love Of Lesbian. Cómo no.



Plano fijo en claroscuro
y luego inmerso en mis delirios.
Te vigilo cuando duermes,
es tu hora de moverte.
Y todo lo que siempre nos marcaba,
fue encerrado en cien mil llaves.
Si lo escondimos en las dunas,
fue para no abrirlo, jamás.

Si al despertar, sin brumas ni presagios,
podemos aspirar a todo y nada.
Y al despertar, si lo hemos olvidado,
quizás no habrá final.

Y sin manera humana
de asombrarnos mutuamente,
sólo queda ser sensatos
y aceptar que siempre fuimos
satélites de amplia trayectoria,
tantas veces intangibles,
de aquellos que sólo alumbran
cuando dejas de buscar.

Y si al final, dormimos sin hablarlo,
no nos influirá de modo alguno.
Y al despertar, si lo hemos olvidado,
quizás no habrá final.

Y si al final ...

6.8.09

lo confieso

Si, lo confieso. Hoy fue un día de esos. En realidad una noche.

Nada más que decir porque hoy poco hay que espresar. Quizás la amarga pena del que saborea pero no engulle, el que paladea pero no llega a tragar, el que mira pero poco ve.

A dormir se ha dicho.

23.7.09

la avenida de los quisieras

Ayer noche, tumbado en la cama, volví a pasear por la avenida de los quisieras.

Todo surgió por culpa de la luz. Quizás sea una tontería, pero la coincidencia de sus colores con mi melancólico apodo en un blog en el que escribo, me hizo desvelarme a medias. Recuerdo que moviéndome un poco como en sueños alargué la mano hacia la rendija del balcón, sin saber muy bien el porqué del absurdo gesto. No se si me convencí de que podría coger esas nubes anaranjadas si me lo proponía, o si buscaba llegar hasta una perspectiva que en este justo instante veo mucho más que necesaria.

La vida se comporta como si yo fuera un borracho intentando enrollar una madeja de hilo. A ratos se deja, y veo el camino limpio y llano, veo el tiro directo a portería, veo el sendero marcado con luces de neón y carteles, una senda para tontos que acaba enviando al sr. azar y a la sra. suerte al bar de la esquina a por tabaco. Otras veces los dedos me fallan, la madeja a medio enrollar se me cae de las manos, y todo vuelve al punto de inicio. La única diferencia es que le sumo diez a mi contador de rabia y rencor y decido irme a por un tentempié antes de volver a repetir el proceso. "Quizás necesite beber más", me digo a mi mismo, intentanto autoconvencerme de que no he perdido el tiempo y de que los callos de las manos se me irán si los ignoro, y de que el tiempo perdido también puede ser borrado solo con concentrarme y cerrar los ojos. En otras ocasiones mis dedos ebrios cobran vida por si mismos y enmarañan la madeja. Y tonto de mi, de puro nervio y confusión, de sincero miedo y de honda desesperación, hundo los dedos más y más entre los hilos, buscando el "desde dónde" para intentar encontrar un "para qué". Y no hay manera.

Al cabo de un rato de alzar la mano, entrecerrar un ojo y jugar a atrapar las nubes anaranjadas, le di al botón mental de reinicio.

Y a bailar el bals de los ancestros, el de reirle a las tristezas y llorarle a las alegrías.

8.7.09

coincidencias

Sobre música, sobre astros, sobre opiniones, sobre sonrisas ocultas y sonrisas vistas. Coincidencias como telarañas que lo cubren todo, bañadas por ese matiz dulce que queda en la boca tras ese décimo beso de chicle que no has tenido que robar.

Coincidencias grandes y pequeñas, sorprendentes o evidentes, coincidencias de cámara oculta que buscas, como si algo no encajara o como si todo encajara de mejor manera de lo que debiera.


¿Y sabes qué banda sonora tiene?

3.7.09

AVE

El panel digital marca 35º fuera. Un calor que derrite, como el que ha hecho en Madrid estos tres días: tan sofocante que al respirarlo notabas como se arrastraba hasta los bronquios como si de papel de lija se tratara. En una broma graciosa y bastante póstuma, el GPS me indica que estamos en algun lado enmedio de la nada, cerca de La Almunia de Doña Godina, cerquita de Zaragoza. Un saludo, maestro Eugenio...

El paisaje fuera es la fotocopia de una fotocopia de un borrador de la españa profunda, la que escribes en minúsculas de tantas veces que has visto. Yerma, marrón y triste, paisaje marciano de no ser por esa vegetación que salpica avergonzada cada tantos metros.

El AVE mueve las cosas muy rápido. En este momento a 293Km/h. Puede que eso afecte de alguna manera a mis procesos cognitivos, al tránsito de ideas entre neuronas o a los partidos de tenis que se montan mis sentidos con mi cerebro. Vete tú a saber. La teoría, de hecho, es válida incluso aplicándola a los viajes en avión, momento en el cual también sería capaz de escribir libros a codazos.

Me pregunto quién mueve el guión y hace que sonría y me entristezca a partes iguales y alternativas tantas veces en tan poco espacio de tiempo. Y es que hoy han sido unas cuantas. Lo de hoy podría incluso verlo como una ensalada de sentimientos contrapuestos. Puedo visualizar la receta, contada por un chef barbudo y canoso en un programa de cocina de las tres de la tarde. Ver como sale ante la cámara y cuenta uno de esos chistes malos que a nadie interesan. “Ponga un manojo de nervios en el fondo de la ensaladera”, dice, y yo obedezco y así lo hago. Y me calmo un poco. “Coja su ambición y córtela en pedacitos”, y de nuevo hago lo que me dice y me hago algo más pequeño. Y así hasta que la larga lista de ingredientes acaba cortada, consumida, aderezada y servida.

Finalmente, el chef sirve el plato a otra persona, una reina de la telebasura que al probarlo, hace un comentario borde sobre lo insípido que ha quedado.

Y qué quieres, chica, si en algún momento del proceso se le perdió mi corazón entre los montones de verdura.


Supera esto. Vas a ser capaz. Presupongamos que vuelves al camino. Quizás sea verdad que, como el montar en bici, lo de sentir y querer no se olvida.

De momento... qué más da.

24.6.09

imagínate

Sabor a redbull y a darle la vuelta a las cosas, y no es tan tarde como parece y las horas han pasado gritando y quejándose, diciendo idioteces sobre promesas y profecías y abrazos y carantoñas, y parecido a como diría la canción el día amanece (que no es poco) y yo no estoy tan solo, sino que me encuentro rodeado de parábolas y rectas tangentes, que delimitan espacios que creía olvidados pero que ahí están, esperando que alguien que no esté hueco o ciego los descubra, y las golondrinas hacen todo el ruido que pueden de pura envidia de no estar en mi piel.

Y saboreo los últimos instantes de este día que acaba y empieza, dependiendo del lado desde el cual nos asomemos, porque todo es relativo, algo que siendo chico siempre me hizo gracia que me dijeran, y me acuesto en mi cama a tejer el tapiz de los sueños lilas, que es uno de esos colores rebeldes que no querían ser ellos mismos, y cuando duermo sueño que follo con cumulonimbos que jamás se interpretarán como tormentas.

Trata de visualizar esto: ganar un tres en raya cuando saliste a jugar al trivial.

19.6.09

vacaciones que huyen

Como un tiovivo que comienza a parar en el momento en el que mejor te lo estabas pasando. Como cuando se encienden las luces y se acaba ese hechizo, y las caras tienen color y tú eres todo sudor y promesas rotas de no volverlo a hacer. Como cuando te despiertas y miras a tu lado y vuelves a ver a quien no tienes que ver. Como cuando abrías ese regalo que parecía un juego y acababa siendo aquél horrible jersey negro que no querías, porque tenías diez años y a aquella edad la escala de valores era otra. Como cuando subías aquella montaña, pelándote las rodillas y los codos, y te dabas cuenta que no había nada más que trepar y el camino cuesta abajo se te hacía cuesta arriba.

Y parecía difícil lo de gritar para adentro...

27.5.09

bittersweet symphonies

Ya están aquí, los días de sol. Los días de sonreir como un tonto y disfrutar de esas brisas de dos minutos que atraviesan mi habitación y renuevan el aire, caliente tras tantas horas de luz intensa.

Días de música y conciertos, viajes y reencuentros, idas y venidas. Entradas y salidas. Días de sábanas y risas hasta la hora que sea, porque da igual a la hora que te despiertes ya que da igual a la hora que te acuestes.

Como diría el sr. Ashcroft, son días de sinfonías agridulces..



The Verve - Bittersweet Symphony

'Cause it's a bittersweet symphony this life
Trying to make ends meet, you're a slave to the money then you die
I'll take you down the only road I've ever been down
You know the one that takes you to the places where all the veins meet, yeah
No change, I can't change, I can't change, I can't change,
but I'm here in my mold , I am here in my mold
But I'm a million different people from one day to the next
I can't change my mold, no, no, no, no, no

Well, I've never prayed,
But tonight I'm on my knees, yeah
I need to hear some sounds that recognize the pain in me, yeah
I let the melody shine, let it cleanse my mind , I feel free now
But the airwaves are clean and there's nobody singing to me now

No change, I can't change, I can't change, I can't change,
but I'm here in my mold , I am here with my mold
And I'm a million different people from one day to the next
I can't change my mold, no, no, no, no, no

(Well have you ever been down?)
(I can't change, I can't change...)
(Ooooohhhhh...)

'Cause it's a bittersweet symphony this life
Trying to make ends meet, trying to find some money then you die
I'll take you down the only road I've ever been down
You know the one that takes you to the places where all the veins meet, yeah
You know I can't change, I can't change, I can't change,
but I'm here in my mold, I am here in my mold
And I'm a million different people from one day to the next
I can't change my mold, no,no,no,no,no
I can't change my mold, no,no,no,no,no
I can't change my mold, no,no,no,no,no

(It justs sex and violence melody and silence)
(It justs sex and violence melody and silence)
(I'll take you down the only road I've ever been down)
(It justs sex and violence melody and silence)
(I'll take you down the only road I've ever been down)
(Been down)
(Ever been down)
(Ever been down)(Lalalalalalaaaaaaaa...)
(Ever been down)
(Ever been down)
(Have you ever been down?)
(Have you ever been down?)
(Have you ever been down?)

25.5.09

dibujarme a mano alzada (o de cómo soy en términos generales)

El cosquilleo sube por la espalda, por los hombros, y me recorre los brazos hasta mitigarse el efecto al llegar a mis muñecas. No se muy bien qué lo ha provocado; si la súbita entrada de aire por la pequeña rendija que he dejado entre la persiana y el balcón, o por el repentino convencimiento de que es posible bajarse en marcha de la noria de mis estados de ánimo sin que nadie me rechiste.

Divago como siempre en ese estado intermedio entre el sueño y la vigilia del que surge siempre la madeja de historias e hilo. Joder, si casi parece que sea solamente así, al no poder dormir, o al sentir esa desazón, o el nudo en la garganta, que la inspiración me abofetee la otra mejilla cuando la primera aún me quema. Minutos antes de sentarme aquí estaba en la cama, con el tic, la almohada, mis pensamientos y mis colores neutros. Y como mi única compañía era yo, he huído al ordenador a soltarme la melena. El caso es que tarde o temprano voy a tener que volver a estirarme, a hacer ver que me duermo y que mañana es el "otro día" que sale en las enciclopedias.

Quisiera decir tantas cosas... es difícil expresar todo lo que me hierve. Todos los sentimientos contrapuestos, todas mis apuestas baratas, todas mis metas enmarañadas, todas mis monedas de dos cruces, todas mis sonrisas enlatadas, todos mis abrazos en subjuntivo, todas mis miradas gratis, todos mis suma y sigue, todas mis victorias en el campeonato anual de patadas en los huevos, todas mis sensaciones intermitentes de lleno y de vacío, todas mis subidas y bajadas en la montaña rusa de los sudores fríos, todo ese batido de confianza, ego, miedo, autoestima, autoodio, asco, incomprensión.

A veces soy la caricatura de la persona que quisiera ser. Como si hubiera estado estudiando una serie de pautas específicas que me gustaría que me definieran, y a la hora de pintarme me diera cuenta de que soy un daltónico con demasiados plastidecor de colores y un parkinson tan avanzado que a duras penas pudiera mantenerme dentro de la hoja de papel.



Suena este señor, José González, de nombre latino y de origen sueco. Y su guitarra rompe algo en mi, no se muy bien el qué, y me ordena que me deje de polladas, y que a la cama que es gerundio. O no lo es. Ni lo fue.



José González - Crosses

Don't you know that I'll be around to guide you
Through your weakest moments to leave them behind you
Returning nightmares only shadows
We'll cast some light and you'll be alright for now
Crosses all over, heavy on your shoulders
The sirens inside you waiting to step forward
Disturbing silence darkens your sight
We'll cast some light and you'll be alright for now
Crosses all over the boulevard
The streets outside your window overflooded
People staring they know you've been broken
Repeatedly reminded by the looks on their faces
Ignore them tonight and you'll be alright
We'll cast some light and you'll be alright

24.5.09

me cuesta

La lista de cosas que se me hacen difíciles de entender podría ser interminable. Podría comenzar diciendo que lo que más me cuesta entender es a mí mismo. No sería ninguna mentira, en realidad. Pero la lista sigue, y una aproximación a ella sería esta:

Me cuesta abrir las ventanas y las puertas, pero más me cuesta atrancarlas cuando me las dejo medio abiertas y entra el frío. Me cuesta pensar en las mañanas de domingo, y no digamos ya en las tardes, cuando el peso etílico de la noche anterior llama al timbre interior del cerebelo y deja su dedo puesto, insistente, esperando una respuesta que nunca va a llegar. Me cuesta levantarme de la cama, con esos juegos mentales de "dos minutos más" que no sirven ni para engañarme a mi mismo. Me cuesta hacerme la comida y la cena, vagancia de quien no sabe cocinar y no se siente motivado a ello. Me cuesta ponerme a estudiar y cuando lo hago me cuesta permanecer concentrado en lo que debería. Me cuesta rozar con las yemas de los dedos y que ese algo se me escape. Me cuesta seguir el hilo de conversaciones que no salen a la luz.

Me cuesta.

18.5.09

perdido - confundido - traicionado?

Perdido en los mismos laberintos de ratón de laboratorio de siempre. Pero esta vez modificados a última hora por un científico loco cuyo único fin es despistarme y ya de paso, electrocutarme las ganas de explorar.

Confundido como cuando sales del agua en un baño de verano, y buscas tu toalla pero hay demasiada gente, y te quedas allí quieto mirando la arena desde la orilla, y la gente clava su mirada en ti porque no sabes, y ellos sí, y observan tus vaivenes totalmente impasibles.

Entre otras cosas que me duele decir. Hoy, quizás más que otras veces, este soy yo. Ojalá me hubiera salido una definición de "traicionado".

Me ayudáis?

10.5.09

la burbuja y el reencuentro

- Hola - le dice ella.

- Hola - le contesta él.

- Lo siento muchísimo - dice ella mientras baja la mirada para esconderla tras sus pies -. No había intención ni malicia.

Él mastica todas sus respuestas amargas. Detras de ellos el concierto sigue, en una burbuja de irrealidad a siglos luz de distancia. Finalmente la mira.

- Te creo - miente, intentando autoconvencerse de que no es un yonki del sufrimiento.

Ella sonríe ante esa pequeña batalla ganada, y envalentonada por lo que parece ser una conquista de paises vecinos en una partida de Risk ya dada por perdida, decide probar suerte:

- Comencemos de nuevo.

- Vale.

- Hola, soy Sara.

- Hola, soy Juan.

- Encantada.

- Encantado.

Y se dan los dos besos más vacíos y unidireccionales de la historia.

25.4.09

escribo

Escribo sobre sensaciones. Escribo sobre momentos. Escribo sobre pensamientos que pasan, raudos, inquietos, por mi mente.

Escribo sobre colores, sobre sabores, sobre canciones y sobre percepciones. Escribo sobre la lluvia y sobre la nieve, sobre el sol y sobre las penas. Sobre sentimientos vacíos en habitaciones llenas.

Escribo y escribo, dejándome llevar, rozando sin querer aquello que siempre intento decir. Escribo y describo mi vida, mis pequeños momentos y mis grandes hazañas vomitando por igual sobre la rutina y sobre los imprevistos.

Escribo sobre el amor y lo que no es amor. Escribo sobre sexo y sobre llorarle a las camas vacías. Escribo sobre paraguas que resguardan de gotas que ya no están.

Escribo sobre el pasado y sobre el presente, escribo sobre el futuro y sobre hipótesis muertas. Escribo sobre las agujas del reloj que giran, giran y giran, y me dicen todo aquello que consideran necesario que sepa.

Pero lo importante es que escribo.

22.4.09

el verano que a ratos me invento

Esta mañana me han lanzado el verano a la cara, sin darme tiempo a apartarme. Y la lista de sensaciones que me trae pensar en ello hace que se me erice el vello de los brazos.

Puedo paladear a uno meses vista toda una serie de momentos, vivencias, fotogramas en blanco y negro, que de nuevo formarán un tapiz con el que cubrir otra etapa de mi vida.

Veo el sol, en lo alto. Veo los paseos. Veo las noches en mi balcón. Veo las mañanas a ritmo de James, Liquido, The Ataris, o tantos otros grupos de "arriba que toca vivir". Veo las fiestas. Veo los besos y caricias. Veo las horas de patinar y sudar. Veo el sentirme en paz conmigo mismo. Veo las conversaciones sin miedos ni ataduras. Veo los cielos despejados. Veo los conciertos y las borracheras fáciles. Veo la historia de mi vida escribirse con rabia y fuerza, alimentada por el calor y los colores vivos. Veo doces y menos unos, aunque de estos últimos serán pocos.

Que le jodan a la melancolía, señores y señoras. Hoy queda relegada al fondo del armario marrón.

Me siento bien.

The Ataris - In This Diary

9.4.09

una vida en canciones.. Love Of Lesbian - Allí donde solíamos gritar

Siguendo con aquella teoría (no sé si tan sólo es mía) que predica que toda vida puede narrarse como un puzzle de canciones.. señoras y señores, les presento a Love Of Lesbian desde su nuevo disco. No puedo dejar de escucharlo. Vean, vean:



¿A que no sabes dónde he vuelto hoy?
Donde solíamos gritar
Diez años antes de este ahora sin edad
Aún vive el monstruo y aún no hay paz

Y en los bancos que escribimos,
medio a oscuras, sin pensar,
todos los versos de “Heroes”
con las faltas de un chaval,
Aún están

Y aún hoy, se escapa a mi control,
problema y solución
y es que el grito siempre acecha,
es la respuesta.
Y aún hoy, sólo el grito y la ficción
consiguen apagar
las luces de mi negra alerta.

Tengo un cuchillo y es de plástico
donde solía haber metal,
y el libro extraño que te echó de párvulos
sus hojas tuve que incendiar

Y en los hierros que separan
la caída más brutal
siguen las dos iniciales
que escibimos con compás
Ahí estan...

Vertical y transversal,
soy grito y soy cristal,
justo el punto medio,
el que tanto odiabas
cuando tú me repetías que
te hundirá y me hundirá,
y solamente el grito nos servirá
Decías "es fácil" y solías empezar...

Y es que el grito siempre vuelve
y con nostros morirá,
frío y breve como un verso,
escrito en lengua animal
¡Y siempre está!

Te hundirá y me hundirá,
y solamente el grito nos servirá
y ahora no es fácil,
tu solías empezar.

Vertical y transversal,
soy grito y soy cristal,
justo el punto medio,
el que tanto odiabas cuando
tú me provocabas aullar

Y ya está, ya hay paz,
oh, ya hay paz
Y ya está, ya hay paz,
oh, ya hay paz

¿Por quien gritaba?
Lo sé y tú no.

No preguntabas,
tu nunca, no.

8.4.09

jódeme como antaño

El chico le cuenta a la chica sus penas. Y la chica le cuenta al chico las suyas. Y mientras comparten cerveza, hamburguesa, risas y regalos, lo que no se dicen con palabras cobra mucha más importancia que lo que se cuentan mediante el lenguaje.

Ella le dice un "me gustas".
Él le dice un "te aprecio".
Élla le dice que por su sonrisa conquistaría imperios.
Él le dice que es especial de veinte maneras diferentes.
Ella le dice que la necesita.
Él le dice que es mona.

Al salir, él llama a un taxi y la despide. Y ella utiliza ese apodo que ambos saben, y se marcha, nueva batalla perdida. Y cuando el carruaje con caballos parte hacia la Bastilla, ella entierra la cabeza bajo el ala y le imagina follando con las sirvientas.

5.4.09

miedo a los holas y a los adioses

No me da miedo el blanco. Ni tan siquiera me merece respeto la tonalidad gris claro que anuncia su llegada.

Me siento aquí delante, por enésima vez, y vomito de memoria y en prosa versos que nunca compondré. Palabras a deshoras que surgen ahora porque es su momento y su lugar, y que si no dejara aquí se perderían, como tantas y tantas cosas que creemos perennes y resultan caducas.

Todo es complicado y extraño, cada experiencia un mundo en el cual perderme. Puedo salir de mi cuerpo y verlo todo desde fuera, espectador impertérrito de mis inercias y rutinas, y calcular el ángulo y la velocidad con la que moveré (de nuevo) las fichas del tablero. Blancas, negras, rojas, da igual el color que elija.

Pensando en condicional, sintiendo en imperativo. Y tira "palante".

(como los de Alicante).

29.3.09

filosofia del echar de menos

Es sencillo de cojones: echo de menos. Y lo que echo de menos no tiene nombre ni apellidos.

La lluvia sigue cayendo en mi balcón, persistente, mientras vuelvo a abrir este mi portal hacia los que no se cansen de leer mis tiros en la cabeza de domingo por la mañana.

¿Qué echo de menos? Sensaciones, colores, momentos, tiempos verbales, colonias, manos.. la asociación de palabras sueltas que acuden a mi mente se convierte en un flagelo. Con él me azoto cuando tengo segundos desocupados, asomando entre las horas y los días como tallos de hierba fresca en un campo de amapolas.

Y en el fondo lo que más jode, lo que más le destroza a uno por dentro y le pica hasta morir, es que no escuchen aquello que no dice.

(plac)

Y a dormir evitando el móvil como si estuviera erizado de púas. Vosotros me entendéis.

20.3.09

Nubes

Resbalan. Suavemente. Piel de gallina. Blanco. Lágrimas. Voces de sirena y ecos de colores cálidos (y etéreos). Silencios que preceden a estallidos. Corazón a punto de estallar. Sensaciones. Gente que te rodea, los mismos compases. Conciertos. Simetrías. Sí. No. Nervios. Verde. Negro. Cerveza bajo la luna. Confusión. Repetición. Equivocación. Error.

15.3.09

sueño esquivo

Tras el tercer "vete a la cama" que me digo considero que ya es suficiente. Tres horas, tres, son las que han pasado desde que he llegado a casa hasta que me he convencido. Y es que a veces las peleas con uno mismo son un reto equiparable a escalar grandes y escarpados picos desnudo y con un piolet de goma.

Hoy he conseguido algo que me hacía mucha falta: no escucharme demasiado. Ayer (hoy, qué más da la forma de medir) mi mente jugaba a las conjeturas y a los dimes y diretes, cabilaciones de tres al cuarto en horas intempestivas, dolores de cabeza incisivos allí donde no puedes rascarte.

Y lo que he sacado en claro puede parecer superfluo: olor a tabaco, tos crónica de tísico terminal, una borrachera de espanto y la determinación de tomar las riendas de mi destino a cada oportunidad que se me presente.

(bonito final para una noche de fiesta).

10.3.09

conmigo

Cuando me detengo por un momento en lo que quiera que esté haciendo. Cuando me muevo en esos paréntesis que son los desplazamientos entre rutinas adquiridas. Cuando hago una pausa entre el decir y el repetir. Cuando miro al espejo por la mañana, con las legañas puestas y los ojos desorientados. Cuando el único sonido que me acompaña es el clac-clac de las teclas al (d)escribirme.

Cuando los párpados se me cierran de tan cansado, pero mi mente se agita y murmulla. Cuando me duelen la espalda y las decisiones lentas. Cuando llamo al ascensor y lo acaban de cerrar en otro piso y aun tarda unos segundos en ponerse en marcha y llevarme a donde sea. Cuando las puertas y los suelos crujen y solo quedo yo en pie para oirlo.

Es entonces cuando estoy conmigo.

Y a ratos, no me gusta.

30.1.09

cosquillas

La luz incide por la rendija de la puerta entreabierta. En el haz amarillo, en una especie de juego de prestidigitador enano, las motas de polvo aparecen durante unos instantes para desaparecer al abandonarlo.

Fuera hace frío. Más frío del que debería, en todo caso. Dentro, el calor y el olor a hogar acogedor lo impregnan todo. En las ventanas de la casa, sobretodo en aquellas que dan al patio interior, una fina película de escarcha dibuja formas fractales que harían las delicias de cualquier matemático.

Dudando aún, me acerco a la puerta y toco el pomo. Frío. El metal no engaña, es curioso. Da igual la época del año en que estés: cualquier superficie metálica te gritará, rabiosa al contacto, que la temperatura es la que es, al margen de estufas y ventiladores. Su frío es el frío, y su calor es el calor. Y este pomo, al contacto con las yemas de mis dedos, parece intentar advertirme de que fuera hay tres inviernos, uno encima de otro.

Cuento atrás, esta vez desde veinticinco, por aquello de ponerle un margen de tiempo al duro cambio de temperatura exterior. Aunque seamos sinceros: al llegar a tres bajaré medio decimal hasta llegar a uno, intentanto postergar el momento.

Llego al cero. Abro. Susurro la canción. El frío me golpea con fuerza. Salgo. Sonrío. Cosquillas.

Camino desnudo, como mínimo hasta mi vuelta.


dedicado a mi mismo, porque a ratos (especialmente los años bisiestos), me lo merezco.

14.1.09

un amanecer de un día que fue

El sol, ardiente, está por alcanzar su zénit a esas horas del mediodía.

Umma entorna los ojos intentando atisbar la otra orilla, pero los rayos del Sol le impiden ver nada, como si el dios Utu quisiera ponerle las cosas difíciles en la ardua tarea que aun le espera. "El ganado no se recoge sólo", han sido las palabras que ha usado su anciano tío esta misma mañana. Umma sabe que su tío no escatima las palabras, y lo que pudiera parecer una vaga insinuación ha sido en realidad un imperativo escondido. Y dicho y hecho, Umma ha cogido sus bártulos y el cántaro de agua fresca y se ha preparado para un difícil trayecto.

"Oh dioses, desearía no tener que cargar con estas tareas yo sólo", dice en voz alta mientras se seca el sudor de la frente, y el único testigo es un (por suerte) lejano y aburrido hipopótamo. Umma lo observa desde la barcaza y al virar hacia la orilla sigue controlándolo por el rabillo del ojo. Aun recuerda lo poco que quedó del destrozado cadáver de Abi.. pobre Abi. Valiente y necio sumados en una persona tan temeraria.. muchas ancianas lloraron en el barrio y depositaron flores en su tumba. No, él no correrá igual suerte.

Al llegar a la orilla salta hacia la arena en busca de alguna piedra a la que amarrar la barcaza. Mientras se apresura para dejarla le reza a Enlil para que sea benevolente y no sople, y para que el Tigris continúe tan manso como las últimas lunas.

De pronto, se oyen mugidos, y Umma teme por las vacas de su tío. El rebaño es muy pequeño, pero es lo único que su familia posee: si algo les sucediera morirían de hambre, los dioses no lo quieran. Así que se apresura a subir la orilla. "Cuanto antes termine, antes llegaré a casa", piensa.

El rebaño está bien. Las cuatro vacas famélicas han encontrado algo con lo que alimentarse, y su tío estará contento. Se gira, ahora ya más calmado, pensando que las horas de bordear el río serán como mínimo menos arduas en cuanto caiga la tarde. Y mientras se gira y contempla Larsa bajo el duro Sol del mediodía, canturrea las canciones de arrullo que recuerda de su madre.

"Hoy será un buen día", augura. Y a lo lejos el templo brilla en colores extrañamente imposibles.

mi mascota

- ¿Pero qué le ves de bueno?

- ¿Cómo dices? Si es genial...

- A mi no me gusta. Deshazte de ella!

- Serías capaz... abandonar así a un pobre animal. Dejar que muera de hambre en cualquier esquina, incapaz siquiera de buscarse la comida por sus propios medios. Acostumbrada como está a que le dé de comer en la mano nueces y bellotas... Sí, lo dices en serio. Todo este tiempo en el que ha estado a mi lado, buscándome para jugar cuando intuía que estaba triste. Todas estas noches en las que gracias a su compañía he podido restar horas y que se hicieran más cortas. Y ahora.. después de todo este tiempo.. ¿quieres que la mate?

- ...

- ¿Qué?

- Es un peluche.

- No cambies de tema.

13.1.09

nublado tirando a rancio

Y todo lo ves como borroso, y las conversaciones que has tenido se tornan en murmullos de ruido blanco tras el tapiz de tu memoria, y las cosas que has visto tenían un tinte diferente y se percibían de una manera más suave y frágil. Y la angustia te envolvía en cada gesto y la realidad jugaba a usarte de sparring desdentado y débil.

Y la experiencia no te ha gustado, ya que tú no la elegiste, pero sí quedará impresa en tu mente como un recuerdo que no querrás revivir, como un día archivado en el rincón más oscuro de la memoria, allí donde también guardas las telarañas y el sabor agridulce del pasado y los presentes.