30.12.05

pensar

Pensar.

Pensar poco. Pensar durante un segundo actos de meditación obligada, que hubieran merecido prudencia o reparo antes de cometerse. Pensar rápidamente respuestas sin una pregunta. Pensar después de haber hablado. Pensar antes de oir, o más bien pensar antes de escuchar. Pensar en presente de indicativo con un imperativo siempre guardado en el bolsillo. No pensar.

Pensar mucho. Pensar en nubes cuando hablábamos de escarcha. Pensar en impresionantes mansiones cuando hablábamos de puertas de entrada. Pensar en grandes navíos surcando los mares, cuando hablábamos de barcas de remos. Jugar a hacer castillos en el aire que se soportaban sobre naipes, cartas vacías cuyo único dibujo hubiera podido ser tu pelo mojado al salir de la ducha. Y la figura de la baraja pudiera haber sido una sota de espadas.

Pensar con prudencia, poniéndole reparos a los escalones de cuatro en cuatro, pero también a subirlos de uno en uno. Pensar en no dejar en la fregadera ni un sólo vaso más, ni de los medio llenos ni de los medio vacíos. Pensar en llenar la alacena de tus caricias inventadas, y usarlas luego en raciones muy pequeñas para afrontar los inviernos del alma.


Pensar en los para siempre y acostarse con ellos cada noche, y hacerles el amor hasta no sentirme tan yo.

Pensar.

28.12.05

del amor (VII)

Se lo dice con sonrisas desde el marco de la ventana, cuando el viento amaina y los perfumes llegan claros, nítidos, frescos y sin esa ambigüedad de los días de lluvia.

Todo se une en una especie de déjà vu de cartón piedra, donde las ilusiones del pasado se entremezclan con una ensalada de sorpresas y oportunidades, aderezada con los condimentos del azar.

Y sin darse cuenta los dimes y diretes dejan de tener importancia. Y mira hacia delante y la montaña rusa de la vida quizás haya dejado de bajar.

E incorporándose, mira al cielo y espera, con el corazón lleno de esperanza, a que llegue el próximo tirabuzón, la próxima cuesta arriba y la recta final con la foto que siempre suele pillarle desprevenido.


P.D.: El que no la encuentre no es más que una especie de pausa entre el vacío de las horas rotas y el futuro de sentirnos juntos.

Cómo reiremos al leerme, verdad?

22.12.05

NO - SI - NO - SI

Ahí podíamos verme, saliendo del ascensor de casa y abriendo la puerta, armado tan sólo con mi rutina y mi abrigo de forro.

Como cada día me tiré encima de la cama deshecha, contemplando el techo durante un corto espacio de tiempo, y calculando las medidas en el vacío techo blanco. Después de muchos cálculos pasé a leer en las esquinas las mil historias de mi vida: páginas de un álbum mental de tatuajes agridulces. Momentos de pena y desdicha, alternados con risas y la sensación de plenitud de recuerdos alegres.

Ronroneos en la base del cráneo. Degradación de grises que es la caída de la noche, más oscura cuanto más me paraba a pensarlo.

Y estando medio dormido confeccioné una lista que me sirvió de nana.

No a los rencores, la televisión, la tristeza, las arañas, los odios, el frío en una cama grande, los gritos, el hambre, los quiero y no puedo, las madrugadas de insomnio, la falsedad, las roturas, el dije diré, el sabor agrio, las resacas, el vacío, la pena, la oscuridad total, los gatos, la ira, las duchas frías, las órdenes tácitas, el sexo por rutina, las voces en la espalda, los espejos rotos, las verduras, el recordar dolores, las mujeres de esquema típico, los PC's, los pakis vagos de la venta masiva, las mentiras de apariencia de cordero, el tabaco y los porros, las rutinas mal entendidas, Gran Hermano, la dependencia personal, el puré, los mosquitos y las cucarachas, los "te quiero" al cabo de dos días, los Mossos d'Esquadra, las discotecas pachangueras, las faldas encima de pantalón, el calimocho, la automortificación, las muchedumbres, los fachas, los videojuegos de los Sims, los cuernos, los coches, el rock català, y el hacerse viejo.

Si a las sonrisas, los amigos, las salidas nocturnas, la música muy bajita para caer dormido, los cruces de miradas, el sushi, el sexo por el sexo, el sexo con amor, el sexo salvaje, el sexo repetido, el sexo recordado, la oscuridad con rendijas naranjas, amarillas o rojas, la oscuridad con música, escribir, la lluvia y las tormentas, los perros, las duchas de veinte minutos con agua caliente, las chapas, las compras, el trabajo gratificante, el amor de los románticos y de los ingenuos, el repiqueteo del agua, la música islandesa, los macs, las letras de canciones que te hacen sentir comprendido, la birra, la predestinación, el tacto de la hierba húmeda bajo los pies, su olor y su textura, los ojos azules y verdes, el tiempo cerrando heridas y dando la razón, los piercings, los pakis de cerveza bier, la ternura, el silencio, los mimos y caricias, las converse, conocer gente nueva, mi colibrí y todo su mundo, los cambios a mejor, la leche con galletas, el vodka con redbull, y el sentirse aun a tiempo de reirte de la vida al dar la vuelta a la próxima esquina.

16.12.05

Sigur Rós (IV)

Ella me dijo que los amarillos no volverían.

En estos momentos soy consciente de que mintió, y de que el ritmo que late en cada compás no es sino la imagen armónica de un copo de nieve sobre la superficie de un lago.

Miro a lo lejos y hasta donde mi vista alcanza todo es aurora boreal. No importa que tu la creas de cartón piedra: ella existe y es por encima de las pequeñas cosas, como arena que marca el borde de los ríos. Y por más que la azotes con amenazas de noches en vela y de días de silencios, crecerá por los cantos de las mesas, por las laderas de los campos, por las cimas de los montes y por las aristas de tus gestos, sin dejar tiempo a amenazas insípidas.

Díselo, se valiente.

Dile lo que hacíais con el corazón en una mano y las letras islandesas en la otra.

Te quiero se queda corto para definir lo que no siento por nadie.

9.12.05

lo improbable del dolor

En momentos como este no cabe duda de la total existencia de los azares que guían la vida. Las probabilidades, las estadísticas, los números y las cábalas a veces te indican sin duda que todo existe y sucede por un Plan (si, con mayúsculas).

Que les jodan a las mariposas que baten las alas en New York, y a los terremotos en Japón. Que les follen a los momentos de detenerse el tiempo. Que le den a las magias de quedarse sin palabras. Que se atraganten las sonrisas de música dulce y compases de violines. Que ardan los recuerdos de querer y no poder.

Yo me quedo en mi esquina con las rabias que me hacen más viejo y triste. Jugando a que a cada momento me siento más solo. Y regocijándome en ello. El otro día comentaba con una amiga lo supremo y pésimo de tener escalas cromáticas más anchas de lo normal. Reniego de mi capacidad para no ver tan solo en tonos de blanco o negro. Maldigo el momento en que fui consciente de que del 0 al 10 yo soy capaz de tener un -10 y un 100.


Si algún dios del humor existe, tiene su mirada fija en mis sienes. Que lo sepas: me aparco en una esquina, desistiendo de las risas que te debes estar pegando a mi costa. Que te quede claro que algún día me tocará ser feliz.

La vida es una puta que se sabe de memoria el imperativo del verbo joder.

Ojalá nadie tenga que sentirse jamás tan triste como estoy ahora. Se me desgarra el pecho, y tengo que dejar constancia de ello. Buenas noches.


P.D.: Echaré de menos esa curva. Sí, la que me hizo derrapar.