29.3.09

filosofia del echar de menos

Es sencillo de cojones: echo de menos. Y lo que echo de menos no tiene nombre ni apellidos.

La lluvia sigue cayendo en mi balcón, persistente, mientras vuelvo a abrir este mi portal hacia los que no se cansen de leer mis tiros en la cabeza de domingo por la mañana.

¿Qué echo de menos? Sensaciones, colores, momentos, tiempos verbales, colonias, manos.. la asociación de palabras sueltas que acuden a mi mente se convierte en un flagelo. Con él me azoto cuando tengo segundos desocupados, asomando entre las horas y los días como tallos de hierba fresca en un campo de amapolas.

Y en el fondo lo que más jode, lo que más le destroza a uno por dentro y le pica hasta morir, es que no escuchen aquello que no dice.

(plac)

Y a dormir evitando el móvil como si estuviera erizado de púas. Vosotros me entendéis.

20.3.09

Nubes

Resbalan. Suavemente. Piel de gallina. Blanco. Lágrimas. Voces de sirena y ecos de colores cálidos (y etéreos). Silencios que preceden a estallidos. Corazón a punto de estallar. Sensaciones. Gente que te rodea, los mismos compases. Conciertos. Simetrías. Sí. No. Nervios. Verde. Negro. Cerveza bajo la luna. Confusión. Repetición. Equivocación. Error.

15.3.09

sueño esquivo

Tras el tercer "vete a la cama" que me digo considero que ya es suficiente. Tres horas, tres, son las que han pasado desde que he llegado a casa hasta que me he convencido. Y es que a veces las peleas con uno mismo son un reto equiparable a escalar grandes y escarpados picos desnudo y con un piolet de goma.

Hoy he conseguido algo que me hacía mucha falta: no escucharme demasiado. Ayer (hoy, qué más da la forma de medir) mi mente jugaba a las conjeturas y a los dimes y diretes, cabilaciones de tres al cuarto en horas intempestivas, dolores de cabeza incisivos allí donde no puedes rascarte.

Y lo que he sacado en claro puede parecer superfluo: olor a tabaco, tos crónica de tísico terminal, una borrachera de espanto y la determinación de tomar las riendas de mi destino a cada oportunidad que se me presente.

(bonito final para una noche de fiesta).

10.3.09

conmigo

Cuando me detengo por un momento en lo que quiera que esté haciendo. Cuando me muevo en esos paréntesis que son los desplazamientos entre rutinas adquiridas. Cuando hago una pausa entre el decir y el repetir. Cuando miro al espejo por la mañana, con las legañas puestas y los ojos desorientados. Cuando el único sonido que me acompaña es el clac-clac de las teclas al (d)escribirme.

Cuando los párpados se me cierran de tan cansado, pero mi mente se agita y murmulla. Cuando me duelen la espalda y las decisiones lentas. Cuando llamo al ascensor y lo acaban de cerrar en otro piso y aun tarda unos segundos en ponerse en marcha y llevarme a donde sea. Cuando las puertas y los suelos crujen y solo quedo yo en pie para oirlo.

Es entonces cuando estoy conmigo.

Y a ratos, no me gusta.