19.5.05

deriva

Si lo analizas, todo son inercias. Del impulso original nace ese movimiento perpetuo, convertido en sino o convertido en elección, dependiendo de tu fuerza de voluntad, de tus anhelos y de tus ganas de cambiar el mundo. Pero a todos nos pasa.


Ahora te despiertas y la luz que entra por la ventana es quizás algo más pura. Notas como se desliza sobre tu mano mientras tecleas, y te dice que quizás las elecciones están siendo las correctas, y que con algo de suerte Dios se habrá ido a jugar al póquer al universo de al lado.


Mientras mi estado de ánimo sea agridulce, mientras la tristeza aun tenga cabida y la melancolía me arrastre a ratos, seguiré creyendo en esas inercias. Y si una de ellas me sonríe, quizás bajemos juntos al bar de la esquina, a que me cuente historias sobre civilizaciones perdidas e icebergs a la deriva.


Únicamente entonces podré estar seguro del color de mis sentimientos.

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