5.7.08

la percepción (errónea) de las cosas

Hoy me he dado cuenta de algo: todo en esta vida es un juego de percepciones.

Quizás esta noción ya existía en mi interior desde antes, puede que viniera impresa de serie desde que salí de la fábrica, o puede que simplemente la haya inferido de tantas y tantas patadas en la boca del estómago.

El caso es que mira, oye, me doy cuenta justo ahora: para guiarme por la vida tan solo cuento con un par de brazos, un par de piernas, un par de ojos y oídos, una boca (Dios me libre de tener dos) y un saco de percepciones. Mis percepciones.

Ellas son las que de alguna manera guían el sendero. En base a ellas pienso, me decepciono, río, busco el cobijo de otros, odio, abrazo, tiemblo, o estallo en mil millones de pedazos rotos.

Esta mañana mis percepciones han venido a darme los buenos días. Me han traído el almuerzo a la cama y me han estado explicando toda una serie de historias que han despojado a mi antiguo yo del optimismo con el que pretendía empezar el día. Luego me han dado unas palmaditas en la espalda y se han largado quién sabe dónde. Como si fuera a echarlas de menos.

Así que ahora me encuentro con que no tengo visión sobre nada. Ando (si cabe) más perdido que nunca. Y todo estalla en pedazos y puedo verlo, y en realidad es un gran problema, porque equivale a tener las esquirlas de un cristal reventado dirigiéndose a toda velocidad hacia mí y carecer por completo de manos con las que, en un instintivo gesto, intentar parar la que se me viene encima.

Qué no daría yo ahora por conseguirme una bolsita pequeña, de las de supermercado, llena de nuevas percepciones. Y si pudiera elegirlas, las pediría pintadas de rosa palo.

O yo me equivoco siempre o es el mundo el que no funciona como debiere. Maldita Navaja de Occam.

Buenas noches...

7 comentarios:

Gabriela dijo...

Lindo para nuevas percepciones, sólo tienes que abrir...

Besos y buen fin de semana...

(Aquí es invierno, y llueve...)

Haldar dijo...

las persepciones, tan diferentes, tan antagonicas, tantas como personas en el mundo...

siempre cargamos las nuestras en el bolsillo, pero tenemos la oportunidad de dejarlas caer en el camino y cambiarlas por unas nuevas...

besos

Os-K-r dijo...

Gabriela: aquí tambien es invierno, y llueve. Siempre llueve dentro de mi.

Haldar: no encuentro percepciones válidas, y las mías acaban volviendo, tarde o temprano, borrachas y cansinas.

Unknown dijo...

Entre las dos posibles soluciones o respuestas yo buscaría otra. No sé cual de las dos puedes considerar tú como la más sencilla, pero a mi modo de ver ninguna debe ser la correcta, por lo tanto, escoge una tercera, quizá sea lo mejor.
Las percepciones...tenemos las que tenemos y cambiarlas no es fácil (a mi modo de ver, casi imposible) vienen con nuestra forma de ser, de sentir las cosas. Ser erróneas o no depende mucho de las percepciones de los demás. Por regla general, las percepciones mayoritarias, convierten en correcto aquello que se percibe. Pero yo quiero tener las mías, erróneas o no para otros, por que, a fin de cuentas, sin ellas no sería yo.
Qué lío... ¿verdad?
Sabes que aquí estoy, ¿sí?
Un abrazo.

Nacho Hevia dijo...

Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem,
o
«No ha de presumirse la existencia de más cosas que las absolutamente necesarias»

Las percepciones y uno; uno y las percepciones... porque parece que uno sólo, por sí mismo, no basta... Necesitamos de nuestras percepciones... y cómo las entendemos a éstas? como simple instrumento reduccionista de la realidad? como instinto agudizado por el ejercicio de la conciencia? como receta a seguir ante las múltiples soluciones?

Mientras tanto, no pares de andar, dirían algunos, como si no pudieras pararte y decir "joder, dejadme un rato en paz" y poder tomar la , tan manida expresión, perspectiva de las cosas... aunque dentro de esta perspectiva de las cosas...¿por qué no voy a pensar que lo que oigo galopar son cebras y por cojones tienen que ser caballos?

Buenos días, Os-K-R

Nacho Hevia dijo...

Te envío una mesa camilla con brasero que guardo en la hornacina del alma para calentar tu invierno

Diane Hope dijo...

A veces no podemos comprarnos bolsitas de nuevas percepciones, pero, algunas veces, recorriendo callejones perdidos por la ciudad -de esos en los que acabas sin saber por qué- si entras en alguna tienda -de esas tiendas en las que nunca entrarías- las encuentras. Solo las venden de usar y tirar, y las pilas se les gastan pronto, pero ayudan...

<3