Entré a desgana, despidiéndome con tristeza de las grises siluetas de edificios lejanos, perfilados tan solo por la luz de un amanecer triste. Imaginándome, tonto de mí, que podía entrever el tuyo a aquella distancia y bajo aquella oscuridad.
Me tocó ventana, como en el trayecto de ida. Aunque las diferencias con aquellos momentos eran más que evidentes. Recuerdo esa llegada a Barcelona y como los astros parecían haberse unido para hacer de aquellos días algo perfecto e inolvidable. Te recuerdo a ti en la salida de la terminal, con aquel cartelito enorme y pintado en rosa, y como saltabas y dabas grititos sin importarte toda esa gente mirándote. Mi sensación de ridículo se veía superada por la alegría que me saltaba del pecho al ver las letras de "I LOVE YOU CARLOS" en aquellos colores chillones y absurdos, y al verte puesta esa camiseta que yo te diseñé para celebrar nuestro año juntos. Las personas que te rodeaban no parecían verle la gracia a la situación. Bah, en Sevilla la gente al menos hubiera sonreído...
Aquel mediodía soleado de la Barcelona de hace unos días se me antojaba, día de mi vuelta, como un panorama de cuento, una situación inverosímil e inventada, a años luz de lo que sentí al llegar.
Quizás fue porque a media tarde del sábado se acabó nuestra partida. Pintaste mis sueños de gris y negro y colgaste mi corazón en el tendedero de tu patio interior, con unas pinzas desgastadas de madera, para que no se pudiera mover. Y lo que yo hice fue preguntarme en silencio cómo lo iba a hacer, a estas alturas, para volver a la casilla de salida sin cobrar las veinte mil.
Una vez alzado el vuelo se me ocurrió mirar por la ventana. Allí en el horizonte, donde los rayos del sol le hacen el amor al agua, podía leer con caracteres cursivos todo lo que me dijiste hace tiempo. Todas aquellas historias sobre el querernos para siempre, el tenernos el uno al otro. Historias sobre hacer la lista de la compra siempre juntos, y que tu vida y la mía estuvieran para siempre entrelazadas. Es una lástima que justo al virar el avión, el borde de las alas cortara ese horizonte de letras antaño profundas, y ahora tan solo papel mojado.
2 comentarios:
que raros son los viajes cuando suponen despedidas y no reencuentros.
me encanta leerte en estas fechas tristes para quienes se han distanciado mas en navidad, y no como dice ese turron...
Besos gordos, sigue asi
que lio me hagooooooooooooooo!!!
oye que yo me apunto en la lista con brandon tb!!!jeje soy volvoretass y tienes el fotolog llenooooo
besos
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