Y que pongas tus cartas sobre la mesa, me mires a los ojos y que éstos pronuncien lo que tus medias caras tristes vienen contando en los corrillos de todas las porteras.
Y que yo deje de ir de farol aun cuando no queda nadie más que se atreva a lanzarse y verlo. Sin que me haga falta pasarme las noches en vela y las mañanas llenas de pena intentando aprenderme de memoria la diferencia entre una escalera real y un póker de ases.
Eso mismo opino yo. Etcétera.
(Feliz año nuevo a todos los que me leen y aún resisten)
2 comentarios:
Este si, si, que me ha gustado.
Feliz año nuevo a ti también, escritor empedernido.
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