28.12.05

del amor (VII)

Se lo dice con sonrisas desde el marco de la ventana, cuando el viento amaina y los perfumes llegan claros, nítidos, frescos y sin esa ambigüedad de los días de lluvia.

Todo se une en una especie de déjà vu de cartón piedra, donde las ilusiones del pasado se entremezclan con una ensalada de sorpresas y oportunidades, aderezada con los condimentos del azar.

Y sin darse cuenta los dimes y diretes dejan de tener importancia. Y mira hacia delante y la montaña rusa de la vida quizás haya dejado de bajar.

E incorporándose, mira al cielo y espera, con el corazón lleno de esperanza, a que llegue el próximo tirabuzón, la próxima cuesta arriba y la recta final con la foto que siempre suele pillarle desprevenido.


P.D.: El que no la encuentre no es más que una especie de pausa entre el vacío de las horas rotas y el futuro de sentirnos juntos.

Cómo reiremos al leerme, verdad?

No hay comentarios: