Es sencillo de cojones: echo de menos. Y lo que echo de menos no tiene nombre ni apellidos.
La lluvia sigue cayendo en mi balcón, persistente, mientras vuelvo a abrir este mi portal hacia los que no se cansen de leer mis tiros en la cabeza de domingo por la mañana.
¿Qué echo de menos? Sensaciones, colores, momentos, tiempos verbales, colonias, manos.. la asociación de palabras sueltas que acuden a mi mente se convierte en un flagelo. Con él me azoto cuando tengo segundos desocupados, asomando entre las horas y los días como tallos de hierba fresca en un campo de amapolas.
Y en el fondo lo que más jode, lo que más le destroza a uno por dentro y le pica hasta morir, es que no escuchen aquello que no dice.
(plac)
Y a dormir evitando el móvil como si estuviera erizado de púas. Vosotros me entendéis.
3 comentarios:
sí, ho entenc. A vegades tenim aquesta sensació sense saber ben bé d'on ve, és com quan tenim un negit interior que no entens
Os-K-r...
Y son esas cosas que hechamos de menos hoy domingo, las que nos igualan...
Y "aquello que no dice"
Finalmente nadie lee tu mente, si no la abres.
Un abrazo
¿Que si te entiendo? Mejor que si lo hubiera escrito yo misma, porque no creo que hubiese encontrado mejores palabras que las tuyas.
Sensaciones, plenitud, sonrisas permanentes, abrazos a cualquier hora, y sin hora.
Y que mejor que hablar sin palabras, los que no saben hacerlo no saben lo que se pierden, y que nos hacen perdernos en el intento.
Un saludo. Gracias por volver, como siempre, tan puro y tan lleno.
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