31.12.07

Póker

Y que pongas tus cartas sobre la mesa, me mires a los ojos y que éstos pronuncien lo que tus medias caras tristes vienen contando en los corrillos de todas las porteras.

Y que yo deje de ir de farol aun cuando no queda nadie más que se atreva a lanzarse y verlo. Sin que me haga falta pasarme las noches en vela y las mañanas llenas de pena intentando aprenderme de memoria la diferencia entre una escalera real y un póker de ases.

Eso mismo opino yo. Etcétera.




(Feliz año nuevo a todos los que me leen y aún resisten)

17.12.07

wings

Entré a desgana, despidiéndome con tristeza de las grises siluetas de edificios lejanos, perfilados tan solo por la luz de un amanecer triste. Imaginándome, tonto de mí, que podía entrever el tuyo a aquella distancia y bajo aquella oscuridad.

Me tocó ventana, como en el trayecto de ida. Aunque las diferencias con aquellos momentos eran más que evidentes. Recuerdo esa llegada a Barcelona y como los astros parecían haberse unido para hacer de aquellos días algo perfecto e inolvidable. Te recuerdo a ti en la salida de la terminal, con aquel cartelito enorme y pintado en rosa, y como saltabas y dabas grititos sin importarte toda esa gente mirándote. Mi sensación de ridículo se veía superada por la alegría que me saltaba del pecho al ver las letras de "I LOVE YOU CARLOS" en aquellos colores chillones y absurdos, y al verte puesta esa camiseta que yo te diseñé para celebrar nuestro año juntos. Las personas que te rodeaban no parecían verle la gracia a la situación. Bah, en Sevilla la gente al menos hubiera sonreído...

Aquel mediodía soleado de la Barcelona de hace unos días se me antojaba, día de mi vuelta, como un panorama de cuento, una situación inverosímil e inventada, a años luz de lo que sentí al llegar.

Quizás fue porque a media tarde del sábado se acabó nuestra partida. Pintaste mis sueños de gris y negro y colgaste mi corazón en el tendedero de tu patio interior, con unas pinzas desgastadas de madera, para que no se pudiera mover. Y lo que yo hice fue preguntarme en silencio cómo lo iba a hacer, a estas alturas, para volver a la casilla de salida sin cobrar las veinte mil.


Una vez alzado el vuelo se me ocurrió mirar por la ventana. Allí en el horizonte, donde los rayos del sol le hacen el amor al agua, podía leer con caracteres cursivos todo lo que me dijiste hace tiempo. Todas aquellas historias sobre el querernos para siempre, el tenernos el uno al otro. Historias sobre hacer la lista de la compra siempre juntos, y que tu vida y la mía estuvieran para siempre entrelazadas. Es una lástima que justo al virar el avión, el borde de las alas cortara ese horizonte de letras antaño profundas, y ahora tan solo papel mojado.

15.12.07

levántate

Caer desde una altura de un metro es muy fácil.

No tienes más que dejarte ir, surcar unos centímetros de aire y tocar el suelo, abrazado por las fuerzas de la gravedad y de la inercia. ¿Es un metro de distancia espacio suficiente para pensar en la película de tu vida? ¿Repasas, quizás, los últimos diez minutos? ¿O acaso inconscientemente vuelves al vientre de tu madre, a tus primeros momentos de llegar a ser, de suavidad y líquido amniótico?

Da igual como lo mires. Caer no tiene mérito. Tocas suelo, y de ahí no pasas, a menos que te hayan mordido el corazón o vaciado las miradas.

Ahora, levántate.

11.12.07

el escudo de esp, o de una nota a pie de página

"(...) y el siniestro asesino alzó su daga en un último y desesperado intento. Ansiaba acabar con la vida del guerrero, terminar por fin una lucha que había durado demasiado. Con un movimiento magistral, casi de ensueño, el moribundo luchador pudo bloquear el ataque con su dorado escudo de esp(1) (...)"





(1) El esp no es un material real. No lo encontrarás en un libro de física ni de química. Ni en los cuentos para niños de cuando nos dormíamos a medio capítulo. El esp tampoco se menciona en las novelas de ciencia ficción, donde los campos de fuerza podrían ser la respuesta para todos los males. No surgirá a mitad de una historia de terror o de hechiceros, o de elfos bailando al son de una melodía hipnótica.

Veréis.. yo os diré de que está hecho el esp.

Es un componente fabricado a partir de sueños, de sensaciones, de momentos que no podrían haber sido mas que anotaciones a un pie de página (como ésta). Construído a partir de miradas a la espalda de personas que se alejan de ti, caminando muy lento, y mientras te alejas de ellas te vas girando porque crees que en el último momento ellas harán lo mismo. Moldeado uniendo todas aquellas veces que deseas algo con tanta fuerza, con tanto anhelo, que podrías recoger el mar en un recipiente hecho con ello. Unido en algo casi vivo; una suma de veces que esperaste aquella llamada, que dormiste mirando aquel móvil, que creíste oir el timbre de la puerta o recibiste un correo que necesitabas. Creado con la sensación de manos congeladas que tienes cuando reconoces las pautas de lo que ocurre pero quieres pensar que si lo afrontas los buenos ganan.


Ya lo ves: creías que el esp no existía más que como una quimera de libro de fantasía. Pero en el fondo sabes (tanto como yo ahora sé) que existe. Lo has tocado muchas veces.

7.12.07

La Habitación Roja - Scandinavia

Me permito la licencia de, por una vez, no actualizar esto con algo que haya escrito yo. Pero ojo, podría haberlo hecho. Mi vida en canciones. Señoras y señores, desde Valencia.. La Habitación Roja:

Scandinavia
No hay nada que consiga parar el reloj.
Este espejo se hace viejo y me sienta fatal.
Poco a poco van cayendo las hojas del calendario.

Y me dicen que no,
que tampoco es hoy,
el día en que tu voz
pronunciará las palabras
que me harán despertar
de este invierno sin final.

Arde el cielo,
grita el lienzo entre rojos violentos.
Poco a poco van muriendo
las noches que pasamos juntos.

Y me dicen que no,
que tampoco es hoy,
el día en que tu voz
pronunciará las palabras
que me harán despertar de este invierno sin final.

Mis ojos sólo se abren para ti,
mis manos son para tocarte,
mis días sueños que dicen adiós.

Y me dicen que no,
que tampoco es hoy,
el día en que tu voz ...
Y me dicen que no,
que tampoco es hoy,
el día en que tu voz ...

4.12.07

huída, o del amor (X)

Miénteme.

Dime que no me dolerá. Que cuando desaparezcas por esa puerta te llevarás contigo mis posibles penas como si de tu equipaje de mano se tratara. Que cuando oiga como el ascensor cierra sus puertas contigo dentro seré capaz de encender la tele y reirme de cualquier programa.

Sincérate.

Dime la verdad. Que había más gente que rellenaba los huecos en tu almohada. Que esas noches que he pasado en vela mirando el móvil han sido todas en vano. Que tú ya conocías nuestra fecha de caducidad cuando yo ni tan siquiera había dado la vuelta al envase. Que para ti es más fácil decir te quiero que llenar de risas los espacios en blanco.


Dijiste que era amor, ¿sabes?. Y yo, necio de mí, tomé una polaroid con tus palabras y la arropé en mi rincón del mundo.

Llévate esta pequeña cajita. En ella guardo las alegrías que me lanzaste, las sorpresas que me hiciste, las sonrisas que me prestaste, los estremecimientos de cuando me abrazaste y la piel de gallina de sentirte cerca. ¿Eso era amor? Ya no la quiero.