23.9.08

algo alegre que contar

Sí, es curioso. Pero así es.

Mañana la veré de nuevo en concierto. Frágil. Delicada. Casi eterea. Dulce. Mi sueño, como el de tantos, de cómo debería ser la persona que yo quisiera que (algún lejano día) fuera.

Su voz afilada volverá a recorrerme y a provocarme de nuevo ese cosquilleo que tan solo las historias más suaves consiguen hacer aflorar. Y sus letras sencillas que hablan de lo que a ti y a mi nos pasa desde las diez de la mañana hasta las doce de la noche volverán a llamar a nuestras puertas.

Y desear durante un concierto entero que nadie respire ni se inmute, que las velas no se apaguen, que la guitarra no se pare y que tu sonrisa de bobo se mantenga allí donde Lourdes consigue mantenerla.

Russian Red, o un paréntesis de chicle de limón y lima, refrescante, inesperado.

(En qué puesto estaré en su lista de posibles maridos? el 2000? el 2500?)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El 2000 o 2500?
Muchos tenemos que liquidar para quedar el nº 1. No quiero desmoralizarte pero lo veo un poco oscurito...
¿Sabes? Será porque no te conoce; creo que ganarías cientos de puestos, las artistas no suelen conocer a chicos buenos.
Un abrazo, cielo. Hablamos.

Nacho Hevia dijo...

No conocía a Russian Red...he estado investigándolos y me han encantado!
gracias!

Suciedad Anónima dijo...

Si es que ni queriéndolo (ni titulándolo así) te sale contar algo alegre, siempre tienes que poner la puntillita final... ajajajaja. Pero esa es tu huella, tu firma. Y que perdure.
Un saludo!!

Anónimo dijo...

Pues anda que no hi havia cachondeo en el concert