Sonará el timbre de la puerta, y sabrás que soy yo. Y sabrás lo que te espera...
Te acercarás a abrir, casi estremeciéndote imaginando lo que haré al traspasar el umbral. Quizás sin dirigirte la palabra siquiera.
Me abrirás, y en el mismo marco de la puerta ya te estaré besando. Nada de caricias dulces. De buenas a primeras, notarás el calor que emito desde cada poro de mi piel. Mi lengua jugueteará con la tuya y mis manos recorrerán tu cuerpo, aún vestido, sin ningún tipo de vergüenza o tapujo.
Caliente, tanto que quema. El baile de feromonas será tal que podrá percibirse como una niebla que nos envuelva. Comenzaré a desvestirte allí mismo, ante el espejo recibidor, y podrás ver tu imagen reflejada, mirándote fijamente mientras yo te esté lamiendo el cuello. Mis manos comenzarán a tocar tu piel ya desnuda, y notarás otra vez ese estremecimiento de lo que se avecina. En este momento te darás cuenta de que la ropa interior ya sobra.
Te miraré fijamente mientras me muerdo el labio, y mientras lo haga notarás como mis dedos comienzan a explorarte. Todo arderá de tal manera que incluso creerás que el vaho empaña los cristales.
En un instante estaré detras tuyo, empujándote contra el espejo, sujetándote una mano y paseando la otra por donde yo quiera.
Te dejarás ir; sabes perfectamente que los gemidos me ponen.
...sigo?
4 comentarios:
por mi, no te cortes
Esta fantasia me ronda la cabeza hace semanas. Tal cual. Qué curioso... Me quedo sin palabras.
Un gran descubrimiento este blog. Un golpe de aire fresco (y cálido) en esta gris oficina.
Pensarlas te encogen el corazón, te cortan la respiración, te ahogan y te dejan dulcemente sin aire.
Llevarlas a cabo es una de las mayores egolatrias. Si además es compartida... creo que no encuentro palabras para eso.
Mejor las experiencias que las palabras. Mejor las realidades que las fantasias. Mucho mejor...
Publicar un comentario