30.9.08

del escribir y los espejos (homenaje a mis blogs favoritos)

Y de nuevo una pausa en mis memorias tristes para escribir un poco de no-ficción. Pardiez, corro el riesgo de acabar mostrando más de mí de lo que puedo disfrazar.

Pero correré el riesgo.



De la sarta de sandeces, historias, manías, creencias, mentiras enteras aceptadas y medias verdades reptantes que nublan mi mente y conforman lo que soy, una de ellas surge, como punta de iceberg, por entre las demás. Y versa sobre la escritura misma.

Muchas veces, visitándoles a ustedes (sí, a ti. Y a ti también) me doy cuenta de que tienen el Don: aquello que puedo definir, de alguna manera, como la capacidad para tocar el interior de las personas por el mero hecho de moldear la realidad o la ficción con palabras y frases, con parágrafos y poemas.

El Don consiste en hacer que uno lea y asienta, y diga "sí, joder, es verdad", y sienta lo mismo que aquél que lo ha plasmado. Con el Don, ustedes consiguen que yo vibre de la manera como vibran, que yo sienta la pena que ustedes sienten, que yo saboree la esperanza, la desazón, los celos, la dicha o la rabia que sus palabras expresan.

¿Y saben qué? He descubierto cómo surge todo.

Verán, mi teoría dice que lo que sentimos, vivimos y escribimos surge de tres lugares, y tan solo de uno de ellos surge el Don.

El peor lugar es la cabeza. Pensar lo que se escribe, darle vueltas a las frases, a la manera de decirlo todo, a las comas y a los puntos. Jugar a buscar triplesentidos en los diccionarios y a pararse tres veces antes de darle a cada enter.

El segundo lugar es el corazón. De ahí solo surgen los tonos pastel, los finales felices, los fundidos a negro con dos manos cogiéndose y las historias fotocopias de historias que a su vez son la sombra de otros tantos cuentos chinos. Y las palabras amor, querer, siempre y feliz no hacen mas que mezclarse en un alarde de total bidimensionalidad que no viene a contar nada que no se haya dicho ya. Todo eso ya puede encontrarse en las canciones comerciales de cualquier intérprete llano.

Y finalmente, el sitio de donde surge todo. El sitio desde donde ustedes, cuando escriben, me tocan la fibra. El sitio desde el que me joden la noche, me provocan insomnio, me hacen sentir el nudo en la boca del estómago y me patean las neuronas hasta odiarles y admirarles a partes iguales. De ahí sale el Don: de las tripas.

Cuando odian y sienten ese nudo, y escriben sobre ello, surge de las tripas. Cuando desean con tanta fuerza que duele, con tanta ansia que ahoga, y escriben sobre ello, surge de las tripas. Cuando aman y expresan esa sensación, esa atracción tan pura, tan descarnada en rojo vivo que no existen palabras que siquiera rocen los conceptos, y escriben sobre ello, surge de las tripas.

Porque lo visceral es lo que perdura y marca, y lo etéreo por mas que nos engañemos no nos alimenta ni nos cobija, no nos apacigua ni nos corrige. Y si no.. díganme donde les duele cuando alguien les deja. O cuando pasan nervios. O cuando se enamoran.


Les pido por favor que jamás dejen de escribir así. Es el motivo por el cual les leo, unas veces en silencio, otras aplaudiéndoles.

Consideren pues esto como un sencillo homenaje a todos los minutos que pasé mirándoles y callando.

Un abrazo inmenso de éste su admirador,

Os-K-r

23.9.08

algo alegre que contar

Sí, es curioso. Pero así es.

Mañana la veré de nuevo en concierto. Frágil. Delicada. Casi eterea. Dulce. Mi sueño, como el de tantos, de cómo debería ser la persona que yo quisiera que (algún lejano día) fuera.

Su voz afilada volverá a recorrerme y a provocarme de nuevo ese cosquilleo que tan solo las historias más suaves consiguen hacer aflorar. Y sus letras sencillas que hablan de lo que a ti y a mi nos pasa desde las diez de la mañana hasta las doce de la noche volverán a llamar a nuestras puertas.

Y desear durante un concierto entero que nadie respire ni se inmute, que las velas no se apaguen, que la guitarra no se pare y que tu sonrisa de bobo se mantenga allí donde Lourdes consigue mantenerla.

Russian Red, o un paréntesis de chicle de limón y lima, refrescante, inesperado.

(En qué puesto estaré en su lista de posibles maridos? el 2000? el 2500?)

19.9.08

de antes de ir a dormir (o de los planes sobre todo y nada)

El aire fresco que entra por la puerta del balcón anunciando que no son horas.

Los párpados que pesan como losas y dicen con voz queda que dormir se escribe con muchas zetas.

Las ganas de que llegue mañana como contraposición a las ganas de que el hoy acabe, no por nada en específico, sino porque quiero que siga el curso cósmico de todas las cosas e inercias.

La cama con sábanas limpias, suaves, con olor a detergente de Marsella y ese diseño tan chulo que escogí lleno de palabras de contexto francés (Paris, El Louvre, Fnac, cabaret, Avenue Montagne..).

La música (Sigur Rós) sonando al volumen de entresueño, allanando el camino que ya de por si está bastante liso a estas horas de la mañana.

Y como cada día, el mismo diálogo conmigo mismo. "La cama es muy grande, Oskar", me digo. "Eso es porque aunque odies también anhelas", contesto.

Y me voy a dormir escuchando a lo lejos las voces de gente que sube por la calle borracha, con un último pensamiento...

... sería interesante sonreir. Ni que sea un ratito... :)

15.9.08

matemática básica (o de lo que aun queda para que nos entendamos)

Y sumando tus sonrisas y las mías, y restándoles tus berrinches y los míos, y añadiéndoles la raiz cuadrada de los abrazos que son más que abrazos.

Y dividiendo por dos los enfados y los puñales, y quitándoles el veneno de las frases que hieren, y multiplicando por dos besos que alguna vez fueron tan solo medio.

Es matemática básica. Y en estos instantes, aun me da negativo.

9.9.08

hueca

De vez en cuando vuelvo a acordarme de ti. Te veo desdibujada en los sitios más recónditos de mi mente, aquellos lugares a los que prefiero no ir nunca, no sea que me vea inmerso en un cruce de incómodos silencios conmigo mismo: lo mismo que cuando te encuentras al vecino que no soportas en el ascensor y los dos subís sin nada que decir pero con todo que echar en cara.

Suelo verte también cuando los párpados se me cierran, eco de cosas que a ratos creo que deseo, y a ratos tan solo quiero que no existan nunca. Son momentos de cruda dualidad, en los que tan pronto te quiero como te odio; tan pronto te necesito como me aburro de ti, de mi idea de ti, y de la profunda y sangrante intensidad con la cual te quiero y te rechazo.

Te huelo. Te siento. Te oigo entre susurros que me hablan de teorías que no llegan ni a eso y que siempre se quedan en hipótesis. Rotas. Rotas en múltiples pedazos.

Toda tu eres éter. Tu aliento, tu sonrisa de caramelo amargo, tus hombros trazados a compás, tu cuello en el que me perdería en horas de mordiscos, la curva de tu ombligo por la que mataría ejércitos de juguete, tus ojos infinitos, redondos, mentirosos, tu pelo que ahora es negro, largo y rizado, como antaño fue rubio, corto y liso (tan cambiante como lo han sido las mil ideas de ti que se te han ido sobreponiendo).

Estoy harto de haberte creado. De mentirme con mis "todo va bien" de las 4h de la mañana, cuando los ecos de mis penas rebotan contra las paredes de todas las culpables que te han hecho así. Harto de que muchas quieran ser tú, de que se hayan introducido en tu rol como si fuera un espíritu en pena al que resucitar, cuando la realidad es otra, y yo os la voy a decir: habéis profanado un traje de novia que un día creé en lo más profundo de mis entrañas. Que mimé con esmero, que cosí con ahínco, que esculpí molécula a molécula. Habéis sentido envidia y os habéis vestido con él en una burda imitación de un ensayo de bodas barato. Y cuando pasaban dos minutos de las doce habéis salido corriendo a por el pan en el horno que de golpe recordásteis haberos dejado. Y con cada huída, un rasguño en el traje.

Ahora solo me quedas tú. Te creía tangible. Y ahora te veo tal como eres. Acepto la realidad, y lloro hacia adentro lágrimas de cocodrilo, pues mi siguiente paso será devorarte. Tan solo eres un traje.

Hueca. Como yo.

4.9.08

hueco

Así me siento. Incapaz de nada. Harto de todo. Hueco.

He entrado tantas veces estos días aquí.. y he intentado escribir tantas cosas.. y no había nada que decir porque ya está todo dicho.

Vacío. De inspiración, de ideas, de letras, de frases. Vacío de ánimo. Y con la total convicción de que esta especie de catatonia que arrastro acabará por reventarme en mil pedazos. Nada de lo que ocurre tiene sentido en ningún contexto. Ni lo tendrá.

Volveré por aquí cuando sea capaz de sentir. Si no siento, no puedo escribir.

Adios a todos.