12.12.06

Sigur Rós (V)

Supongo que tiene que ver con el frío.

Y en este caso la ambivalencia de la situación tiene su qué. Frío interno, y frío externo.

La piel me cosquillea mientras escribo, y es una sensación que, sin llegar a ser molesta, me incomoda. Lo mismo que siento por dentro. En el pasado hubieran sido angustias y noches sin dormir. En el momento actual no deja de ser un picazón en un lateral de las costillas. Allí donde las malas lenguas sitúan el corazón.

Borrón y cuenta nueva en una libreta cada año más vieja. Y con la banda sonora de siempre acompañándome. Y más frío. Y escarcha en el corazón, en la mente y en las palabras que quise haber dicho. Y hielo, hecho con las miríadas de pedazos de lo que podría haber sido y de lo que me ocultaste por cobardía o confusión.

Y mi rúbrica al pie de página. Una más, esta vez llena de la misma palabra, escrita una y otra vez. Desilusión.

Me despido pues, por hoy. Es la hora de marcharme. La nieve acecha ya, y debo correr a cobijarme a mi cabaña. Islandia es muy fría en esta época del año.

Cuídense.



P.D.: Se que tú (sí, tú) jamás leerás esto, pero en algún sitio tengo que escribirlo: no te has dignado a hablar conmigo... todo lo que he deducido ha tenido que ser por inferencias de tus actos. Ni te imaginas cómo duele. Ojalá pudiera odiarte.

7 comentarios:

momo dijo...

A veces es bueno que duela. Significa que estamos vivos. El tiempo y algo de perspectiva te harán ver que eso que ves en el horizonte no son montañas, son granos de arena. Eso sí, la próxima cordillera que te encuentres tratarás de escalarla con menos ganas, con menos fe en el alpinismo. No en vano la cristalería de los días de guardar está cada vez más agrietada. El cristal de Bohemia es frágil, cuídalo. No vaya a ser que acabes bebiendo cava con los invitados en vasos de plástico de Ikea.

momo dijo...

Desgraciadamente usted y yo no somos de la misma tribu. Me ha costado lo mío darme cuenta, y ha sido un proceso doloroso. En mi mundo las cosas jamás dejan de picar. Sólo los años, la distancia o la mercromina pueden conseguir que el dolor sea menos intenso.

Y vivir con las heridas siempre abiertas puede ser muy duro. Es cuestión de aprender a hacerlo y tratar de llevar siempre una sonrisa en la cara para que nadie se dé cuenta de que en realidad estamos hechos de cangrena.

Le mandaré cartas desde el frente.

Besos.

Anónimo dijo...

mininuuuuu

Anónimo dijo...

estos dias que estaba malita ponia la pantalla mirando pa la cama y me ponia la foto qe tienes aqui para sentirte cerca, no se cuantas horas la habre mirado, dia y noxe con tu mirada en la pantalla,...ya ves...cuántas veces me he preguntado por ké todo. muaa

Anónimo dijo...

y siento meterme donde ya no me llaman...(lo digo x el texto)

marta. dijo...

y si se lo mandas? quépasaría?
un día habría que hacerlo...cogerlos todos, ponerles sellos y esperar...como quien enciende una mecha y se queda muy cerca esperando sentadito a que explote el petardo... te imaginas?

Anónimo dijo...

A la deriva, a nado, llego a esta orilla remota y desconocida. Encuentro, buceo. Me gusta.