11.9.09

escribir y buscar letras que no están ahí (aunque en realidad sí)

La llamada silenciosa resuena en los rincones de mi mente. Me dice que es la hora de romper en pedazos la piñata de las ideas en esta gran fiesta para sordos y ciegos.

Acaricio de nuevo las lisas superficies de la inspiración, confuso, lento, tanteando cada palabra y cada paso desde esta nueva perspectiva que no está guiada por la tristeza. Un pie detrás del otro, despacio, como el niño que acaba de empezar a andar pero es suficientemente cauto como para no intentar correr, sorprendido ante esta nueva habilidad que creía imposible. Pasito a pasito, fluyendo, encontrando de nuevo las palabras guiado por la banda sonora de los paisajes nevados islandeses. Y es entonces cuando soy yo.

- Háblame de esa letra.
- Es esquiva, tímida, silenciosa y espantadiza - me contestas. Enciendes un cigarro pausadamente, diría que con total premeditación, teatral, exagerada y descarada. Me miras.
- Haz el favor de ayudarme un poco - replico enfadado -. Ni te va ni te viene, ni pierdes ni ganas, así que te lo pido una vez más: ayúdame a encontrarla.

Me observas, muy seria, tu mirada un hierro al rojo vivo en el fondo del nervio óptico. Me remuevo inquieto en tu sillón. De repente soy consciente de cada arruga en él, de cada pliegue de la piel vieja. Casi puedo notar los muelles sumándose a la incomodidad de tus pequeños ojos fijos.

- Dame una razón - me dices, casi como desafiándome. Noto como tu barbilla se eleva en ese gesto universal de desdén, y me doy cuenta de cómo intentas golpearme con el martillo de la venganza en cómodos plazos.
- Hazlo por mi. Hazlo por ti. Hazlo por todas las historias que algún día te conté, por todas las que te importaron y todas las que atesoras como buenos recuerdos. Hazlo por el Sol y la lluvia y las estrellas. Hazlo por los corazones que laten y los nervios que no se sienten sino que se empuñan -. Hago una pausa para respirar. Las palabras salen a borbotones de mi garganta seca. Daría lo que fuera por un trago de agua, whisky o lejía. Mierda.

Ríes. Tu carcajada suena profunda en esta pequeña habitación.

- Has andado con ella por los últimos cinco minutos - me dices. Acto seguido te levantas y sales afuera, dejándome tan vació como la letra que a ratos me ocultas.

23.8.09

de mañanas y sonrisas.

Oh, no me jodas. Vuelves a hacerlo. A sonreir de gratis, a mirar la pantalla con ese medio-gesto de complicidad contigo mismo. Y todo encaja y cantas ese "la.. la la la.." de los domingos por la mañana. Y notas las cosquillas en la espalda, las cosquilla del todo va bien.

Y ves como se hace de día, la luz rozando esquinas y paredes, tornando los colores zafios en colores definidos, convirtiendo en valientes a los cristales tintados.

Todo al revés, sin ser yo, pero siéndolo del todo. Y como nana del día de hoy, Love Of Lesbian. Cómo no.



Plano fijo en claroscuro
y luego inmerso en mis delirios.
Te vigilo cuando duermes,
es tu hora de moverte.
Y todo lo que siempre nos marcaba,
fue encerrado en cien mil llaves.
Si lo escondimos en las dunas,
fue para no abrirlo, jamás.

Si al despertar, sin brumas ni presagios,
podemos aspirar a todo y nada.
Y al despertar, si lo hemos olvidado,
quizás no habrá final.

Y sin manera humana
de asombrarnos mutuamente,
sólo queda ser sensatos
y aceptar que siempre fuimos
satélites de amplia trayectoria,
tantas veces intangibles,
de aquellos que sólo alumbran
cuando dejas de buscar.

Y si al final, dormimos sin hablarlo,
no nos influirá de modo alguno.
Y al despertar, si lo hemos olvidado,
quizás no habrá final.

Y si al final ...

6.8.09

lo confieso

Si, lo confieso. Hoy fue un día de esos. En realidad una noche.

Nada más que decir porque hoy poco hay que espresar. Quizás la amarga pena del que saborea pero no engulle, el que paladea pero no llega a tragar, el que mira pero poco ve.

A dormir se ha dicho.

23.7.09

la avenida de los quisieras

Ayer noche, tumbado en la cama, volví a pasear por la avenida de los quisieras.

Todo surgió por culpa de la luz. Quizás sea una tontería, pero la coincidencia de sus colores con mi melancólico apodo en un blog en el que escribo, me hizo desvelarme a medias. Recuerdo que moviéndome un poco como en sueños alargué la mano hacia la rendija del balcón, sin saber muy bien el porqué del absurdo gesto. No se si me convencí de que podría coger esas nubes anaranjadas si me lo proponía, o si buscaba llegar hasta una perspectiva que en este justo instante veo mucho más que necesaria.

La vida se comporta como si yo fuera un borracho intentando enrollar una madeja de hilo. A ratos se deja, y veo el camino limpio y llano, veo el tiro directo a portería, veo el sendero marcado con luces de neón y carteles, una senda para tontos que acaba enviando al sr. azar y a la sra. suerte al bar de la esquina a por tabaco. Otras veces los dedos me fallan, la madeja a medio enrollar se me cae de las manos, y todo vuelve al punto de inicio. La única diferencia es que le sumo diez a mi contador de rabia y rencor y decido irme a por un tentempié antes de volver a repetir el proceso. "Quizás necesite beber más", me digo a mi mismo, intentanto autoconvencerme de que no he perdido el tiempo y de que los callos de las manos se me irán si los ignoro, y de que el tiempo perdido también puede ser borrado solo con concentrarme y cerrar los ojos. En otras ocasiones mis dedos ebrios cobran vida por si mismos y enmarañan la madeja. Y tonto de mi, de puro nervio y confusión, de sincero miedo y de honda desesperación, hundo los dedos más y más entre los hilos, buscando el "desde dónde" para intentar encontrar un "para qué". Y no hay manera.

Al cabo de un rato de alzar la mano, entrecerrar un ojo y jugar a atrapar las nubes anaranjadas, le di al botón mental de reinicio.

Y a bailar el bals de los ancestros, el de reirle a las tristezas y llorarle a las alegrías.

8.7.09

coincidencias

Sobre música, sobre astros, sobre opiniones, sobre sonrisas ocultas y sonrisas vistas. Coincidencias como telarañas que lo cubren todo, bañadas por ese matiz dulce que queda en la boca tras ese décimo beso de chicle que no has tenido que robar.

Coincidencias grandes y pequeñas, sorprendentes o evidentes, coincidencias de cámara oculta que buscas, como si algo no encajara o como si todo encajara de mejor manera de lo que debiera.


¿Y sabes qué banda sonora tiene?

3.7.09

AVE

El panel digital marca 35º fuera. Un calor que derrite, como el que ha hecho en Madrid estos tres días: tan sofocante que al respirarlo notabas como se arrastraba hasta los bronquios como si de papel de lija se tratara. En una broma graciosa y bastante póstuma, el GPS me indica que estamos en algun lado enmedio de la nada, cerca de La Almunia de Doña Godina, cerquita de Zaragoza. Un saludo, maestro Eugenio...

El paisaje fuera es la fotocopia de una fotocopia de un borrador de la españa profunda, la que escribes en minúsculas de tantas veces que has visto. Yerma, marrón y triste, paisaje marciano de no ser por esa vegetación que salpica avergonzada cada tantos metros.

El AVE mueve las cosas muy rápido. En este momento a 293Km/h. Puede que eso afecte de alguna manera a mis procesos cognitivos, al tránsito de ideas entre neuronas o a los partidos de tenis que se montan mis sentidos con mi cerebro. Vete tú a saber. La teoría, de hecho, es válida incluso aplicándola a los viajes en avión, momento en el cual también sería capaz de escribir libros a codazos.

Me pregunto quién mueve el guión y hace que sonría y me entristezca a partes iguales y alternativas tantas veces en tan poco espacio de tiempo. Y es que hoy han sido unas cuantas. Lo de hoy podría incluso verlo como una ensalada de sentimientos contrapuestos. Puedo visualizar la receta, contada por un chef barbudo y canoso en un programa de cocina de las tres de la tarde. Ver como sale ante la cámara y cuenta uno de esos chistes malos que a nadie interesan. “Ponga un manojo de nervios en el fondo de la ensaladera”, dice, y yo obedezco y así lo hago. Y me calmo un poco. “Coja su ambición y córtela en pedacitos”, y de nuevo hago lo que me dice y me hago algo más pequeño. Y así hasta que la larga lista de ingredientes acaba cortada, consumida, aderezada y servida.

Finalmente, el chef sirve el plato a otra persona, una reina de la telebasura que al probarlo, hace un comentario borde sobre lo insípido que ha quedado.

Y qué quieres, chica, si en algún momento del proceso se le perdió mi corazón entre los montones de verdura.


Supera esto. Vas a ser capaz. Presupongamos que vuelves al camino. Quizás sea verdad que, como el montar en bici, lo de sentir y querer no se olvida.

De momento... qué más da.

24.6.09

imagínate

Sabor a redbull y a darle la vuelta a las cosas, y no es tan tarde como parece y las horas han pasado gritando y quejándose, diciendo idioteces sobre promesas y profecías y abrazos y carantoñas, y parecido a como diría la canción el día amanece (que no es poco) y yo no estoy tan solo, sino que me encuentro rodeado de parábolas y rectas tangentes, que delimitan espacios que creía olvidados pero que ahí están, esperando que alguien que no esté hueco o ciego los descubra, y las golondrinas hacen todo el ruido que pueden de pura envidia de no estar en mi piel.

Y saboreo los últimos instantes de este día que acaba y empieza, dependiendo del lado desde el cual nos asomemos, porque todo es relativo, algo que siendo chico siempre me hizo gracia que me dijeran, y me acuesto en mi cama a tejer el tapiz de los sueños lilas, que es uno de esos colores rebeldes que no querían ser ellos mismos, y cuando duermo sueño que follo con cumulonimbos que jamás se interpretarán como tormentas.

Trata de visualizar esto: ganar un tres en raya cuando saliste a jugar al trivial.

19.6.09

vacaciones que huyen

Como un tiovivo que comienza a parar en el momento en el que mejor te lo estabas pasando. Como cuando se encienden las luces y se acaba ese hechizo, y las caras tienen color y tú eres todo sudor y promesas rotas de no volverlo a hacer. Como cuando te despiertas y miras a tu lado y vuelves a ver a quien no tienes que ver. Como cuando abrías ese regalo que parecía un juego y acababa siendo aquél horrible jersey negro que no querías, porque tenías diez años y a aquella edad la escala de valores era otra. Como cuando subías aquella montaña, pelándote las rodillas y los codos, y te dabas cuenta que no había nada más que trepar y el camino cuesta abajo se te hacía cuesta arriba.

Y parecía difícil lo de gritar para adentro...

27.5.09

bittersweet symphonies

Ya están aquí, los días de sol. Los días de sonreir como un tonto y disfrutar de esas brisas de dos minutos que atraviesan mi habitación y renuevan el aire, caliente tras tantas horas de luz intensa.

Días de música y conciertos, viajes y reencuentros, idas y venidas. Entradas y salidas. Días de sábanas y risas hasta la hora que sea, porque da igual a la hora que te despiertes ya que da igual a la hora que te acuestes.

Como diría el sr. Ashcroft, son días de sinfonías agridulces..



The Verve - Bittersweet Symphony

'Cause it's a bittersweet symphony this life
Trying to make ends meet, you're a slave to the money then you die
I'll take you down the only road I've ever been down
You know the one that takes you to the places where all the veins meet, yeah
No change, I can't change, I can't change, I can't change,
but I'm here in my mold , I am here in my mold
But I'm a million different people from one day to the next
I can't change my mold, no, no, no, no, no

Well, I've never prayed,
But tonight I'm on my knees, yeah
I need to hear some sounds that recognize the pain in me, yeah
I let the melody shine, let it cleanse my mind , I feel free now
But the airwaves are clean and there's nobody singing to me now

No change, I can't change, I can't change, I can't change,
but I'm here in my mold , I am here with my mold
And I'm a million different people from one day to the next
I can't change my mold, no, no, no, no, no

(Well have you ever been down?)
(I can't change, I can't change...)
(Ooooohhhhh...)

'Cause it's a bittersweet symphony this life
Trying to make ends meet, trying to find some money then you die
I'll take you down the only road I've ever been down
You know the one that takes you to the places where all the veins meet, yeah
You know I can't change, I can't change, I can't change,
but I'm here in my mold, I am here in my mold
And I'm a million different people from one day to the next
I can't change my mold, no,no,no,no,no
I can't change my mold, no,no,no,no,no
I can't change my mold, no,no,no,no,no

(It justs sex and violence melody and silence)
(It justs sex and violence melody and silence)
(I'll take you down the only road I've ever been down)
(It justs sex and violence melody and silence)
(I'll take you down the only road I've ever been down)
(Been down)
(Ever been down)
(Ever been down)(Lalalalalalaaaaaaaa...)
(Ever been down)
(Ever been down)
(Have you ever been down?)
(Have you ever been down?)
(Have you ever been down?)

25.5.09

dibujarme a mano alzada (o de cómo soy en términos generales)

El cosquilleo sube por la espalda, por los hombros, y me recorre los brazos hasta mitigarse el efecto al llegar a mis muñecas. No se muy bien qué lo ha provocado; si la súbita entrada de aire por la pequeña rendija que he dejado entre la persiana y el balcón, o por el repentino convencimiento de que es posible bajarse en marcha de la noria de mis estados de ánimo sin que nadie me rechiste.

Divago como siempre en ese estado intermedio entre el sueño y la vigilia del que surge siempre la madeja de historias e hilo. Joder, si casi parece que sea solamente así, al no poder dormir, o al sentir esa desazón, o el nudo en la garganta, que la inspiración me abofetee la otra mejilla cuando la primera aún me quema. Minutos antes de sentarme aquí estaba en la cama, con el tic, la almohada, mis pensamientos y mis colores neutros. Y como mi única compañía era yo, he huído al ordenador a soltarme la melena. El caso es que tarde o temprano voy a tener que volver a estirarme, a hacer ver que me duermo y que mañana es el "otro día" que sale en las enciclopedias.

Quisiera decir tantas cosas... es difícil expresar todo lo que me hierve. Todos los sentimientos contrapuestos, todas mis apuestas baratas, todas mis metas enmarañadas, todas mis monedas de dos cruces, todas mis sonrisas enlatadas, todos mis abrazos en subjuntivo, todas mis miradas gratis, todos mis suma y sigue, todas mis victorias en el campeonato anual de patadas en los huevos, todas mis sensaciones intermitentes de lleno y de vacío, todas mis subidas y bajadas en la montaña rusa de los sudores fríos, todo ese batido de confianza, ego, miedo, autoestima, autoodio, asco, incomprensión.

A veces soy la caricatura de la persona que quisiera ser. Como si hubiera estado estudiando una serie de pautas específicas que me gustaría que me definieran, y a la hora de pintarme me diera cuenta de que soy un daltónico con demasiados plastidecor de colores y un parkinson tan avanzado que a duras penas pudiera mantenerme dentro de la hoja de papel.



Suena este señor, José González, de nombre latino y de origen sueco. Y su guitarra rompe algo en mi, no se muy bien el qué, y me ordena que me deje de polladas, y que a la cama que es gerundio. O no lo es. Ni lo fue.



José González - Crosses

Don't you know that I'll be around to guide you
Through your weakest moments to leave them behind you
Returning nightmares only shadows
We'll cast some light and you'll be alright for now
Crosses all over, heavy on your shoulders
The sirens inside you waiting to step forward
Disturbing silence darkens your sight
We'll cast some light and you'll be alright for now
Crosses all over the boulevard
The streets outside your window overflooded
People staring they know you've been broken
Repeatedly reminded by the looks on their faces
Ignore them tonight and you'll be alright
We'll cast some light and you'll be alright