17.10.10

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Hoy toca una carta anónima de sinceridad tosca.

Tras tantos años de pasar páginas en el libro de la vida, hay capítulos que gracias a la suerte, la perseverancia, y la puntería y el instinto que los años nos brindan, no solamente no se pasan sino que se mantienen. Podríamos llamarlo índices. O podríamos llamarlo amigos.

De alguna manera, has sido columna vertebral cuando a mi me han fallado lo cálculos. Te has convertido en equilibro en momentos de vértigo. En capitan de barcos que zarpan y zozobran. Te he visto llorar, amar, reír, caer, saltar, subir, hundirte, resurgir. Tú me has visto igual. Nos hemos abrazado en esos momentos de mierda en los que el tropiezo ha sido grande; abrazos reflejos en momentos en que empezábamos a rompernos y ver abismos donde en realidad no había tanto.

Creo que estoy en posición de decir, que tras tantos años de miserias convertidas luego en sombras, risas, anécdotas, descalabros, triunfos, y como si esto de (sobre)vivir fuera un concurso... "prueba superada".

Y lo que nos queda. Mal que te pese ;)




16.10.10

inní mér syngur vitleysingur

En cada frase, en cada expresión de tres al cuarto, en cada esquina de los falsos versos que pienso y convierto en prosa. En cada quiebro que hago a lo que quiero decir para que no se pueda leer directamente y tenga que entenderse por el rabillo del ojo. En cada palabra escogida sin pensar, y en cada punto, cada coma, situados donde parece que irán mejor y dejados ahí, abandonados, sin repasar lo dicho (porque mirar atrás es debilidad y no queremos ser débiles). En cada símil, en cada hipérbaton que las frases desordena y el sentido rompe. En las letras que junto, una tras otra, formando aquello que quiero expresar con una suerte de azar que más parece fruto del teorema de infinitos monos que de una mente que procese y sienta.

En todas ellas hay un lunático que canta.

Sigur Rós - Inní Mér Syngur Vitleysingur

10.10.10

Yo soy Simon. Tú, Garfunkel.

Nuevas obsesiones (musicales). Vientos que soplan y se llevan el raspar de la lengua con el paladar, y barren los malos sabores de boca hacia otros lares. Letras que desgarran porque hablan de ti y de tus circunstancias. Horas que se te comen y miradas esperanzadas a un móvil que no llevan a ninguna parte, aunque lo cojas y le des vueltas en la mano y empieces a escribir y borres sistemáticamente cada letra, convertida en error y polvo. Echar de menos algo menos, con el miedo al olvido que ello conlleva. Olvidar las penas arrastra pedazos de ti, de mí, y de lo nuestro. Paraguas que se abren en el interior de corazones. Lluvias que limpian el exterior, cada gota una metáfora de mi confusión, mis anhelos y mis frustraciones.

The New Raemon - Tú, Garfunkel.

4.10.10

manual de buenas maneras de domingo

Esta noche he tenido una pesadilla. Una de esas en la que lo que ves, lo que sientes, lo que oyes y lo que dices es tan real que no eres capaz de distinguirlo como lo que es, un sueño. En esa pesadilla no había monstruos. Tampoco había sitios oscuros. Ni asesinos. Ni caídas vertiginosas desde edificios altos. Quizás por eso al abrir los ojos todo era tan vívido.

Aún en este momento, a horas de distancia del momento de despertar, tengo un nudo en el estómago. Estoy seguro de que si fuera al médico y me extirparan eso que me quema dentro, tendría la forma de un papel de lija con dos palabras escritas en él.

Mi cama no es muy grande, pero si que está muy fría. Y tiene un hueco enorme que no quiere olvidar su nombre propio... y en momentos como este me acaricia el brazo y me dice ese nombre.

No quiero soñar. Por favor.